Diseño con acento atlántico: una mirada desde los Premios de Diseño de Canarias
Participar como miembro del jurado de los Premios de Diseño de Canarias ha sido una experiencia tan enriquecedora como inspiradora. Estos galardones, organizados con el propósito de visibilizar el talento emergente y consolidado del archipiélago, confirman que el diseño es también una forma de identidad cultural, una expresión de pertenencia que va más allá de la estética.
Canarias es un territorio con voz propia: un cruce de influencias europeas, africanas y latinoamericanas que se traduce en un lenguaje visual singular. Esa diversidad cultural se percibe en cada proyecto presentado: desde la comunicación gráfica y el diseño de producto hasta las propuestas de packaging y moda sostenible.
“El diseño, cuando tiene propósito, mejora el mundo.”
Como jurado, tuve la oportunidad de descubrir propuestas que equilibran creatividad, técnica y compromiso. Muchos de los trabajos destacan por su capacidad de reinterpretar la tradición con mirada contemporánea —un ejercicio que revela la madurez de un diseño que no teme dialogar con sus raíces.
El nivel de los participantes demuestra que el diseño en Canarias vive un momento de consolidación. Más que una disciplina aislada, se está configurando como un sector estratégico capaz de generar valor añadido, cohesión territorial y proyección internacional.
I’d start my day by checking email, Twitter, Facebook. Reading the “news”. I’d look at my to-do list and start working on something.
Los Premios de Diseño de Canarias son, en ese sentido, una celebración del talento y del pensamiento visual. Pero también una invitación a reflexionar sobre el papel del diseño como herramienta transformadora: capaz de conectar la cultura, la sostenibilidad y la economía creativa en un mismo relato.
Agradezco profundamente la invitación y la oportunidad de compartir esta experiencia con colegas que, desde distintas disciplinas, defienden una idea esencial: que el diseño, cuando se ejerce con propósito, no solo embellece el mundo, lo mejora.
Distractions aside, there was no real rhyme or reason to my workflow. The not-so-fun (but necessary) stuff kept getting neglected.
